La dieta de los niños españoles es elevada en grasas saturadas, pero deficitaria con respecto a las recomendaciones internacionales de ácidos grasos esenciales y poliinsaturados como los omega-3. Uno de los más importantes de esta serie es el DHA, esencial en la formación y funcionalidad del sistema nervioso central. Es necesario incluirlo en la dieta infantil, ya que juega un papel fundamental en el desarrollo cognitivo y visual de los niños.
Un estudio realizado por Fundación Española de la Nutrición (FEN) y la Fundación Iberoamericana de la Nutrición (FINUT), publicado en la revista internacional Nutrients, sostiene que los niños que toman leches enriquecidas ingieren hasta 4.5 veces más DHA que los que no lo hacen y por lo tanto, presentan un perfil más saludable de consumo de grasas, acercando la ingesta a las recomendaciones sanitarias.

Las leches enriquecidas son leches de continuación fortificadas con algún nutriente para adaptarse a las necesidades nutricionales de un grupo de edad concreto: lactantes, niños de edad corta (de 1 a 3 años), niños en edad prescolar o niños de edad escolar. Según el estudio anterior, este tipo de leches son una oportunidad para mejorar el perfil de consumo de grasas de los niños, ya que en la mayoría de los casos contienen menos grasas saturadas y mayor aporte de DHA.

Rosaura Leis, Coordinadora de la Unidad de Nutrición Pediátrica del Complejo Hospitalario de la Universidad de Santiago de Compostela explica que “el consumo de grasas de los niños debe suponer el 20-35% de la ingesta energética total, atendiendo siempre a las ingestas mínimas recomendadas de ácidos grasos esenciales y ácidos grasos poliinsaturados, como los omega-3 y los omega-6, y moderando las grasas saturadas”.
Las principales fuentes alimentarias de grasa en los niños, analizadas por el estudio, fueron la leche y productos lácteos, los aceites y grasas y los productos cárnicos. En la población general infantil se observa que la fuente principal de DHA son los pescados y mariscos seguidos de la carne y, por último, los lácteos. En los niños que consumen leches infantiles enriquecidas, la tendencia cambia ya que los lácteos aparecen como principal fuente de DHA, seguido de los pescados y las carnes.

La doctora Leis explica que ante el reto que supone para los padres introducir en la dieta de los niños pescados azules con la frecuencia necesaria para alcanzar las ingestas recomendadas de DHA, es una buena estrategia utilizar alimentos fortificados y enriquecidos como las leches infantiles, para acercarse a estas recomendaciones.
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